Hay personas y personajes, seres humanos en los que prevalece su propia cotidianeidad e individualidad y seres humanos en los que destaca y trasciende su carácter de arquetipo.
En Agapito Marazuela coincide persona y personaje, cotidianeidad y trascendencia, individuo y arquetipo. Y estas personas y personajes enriquecen la vida, sitúan la convivencia en unos niveles profundos y sinceros en los que todos nos podemos y debernos reconocer.

Agapito Marazuela Albornos, nacido en Valverde del Majano (Segovia) el 20 de noviembre de 1891 fue un folklorista, musicólogo y destacado dulzainero español. Pocas personas han tenido una dedicación tan grande a la recopilación de la tradición músical, en el caso de Agapito Marazuela, de Castilla (La Vieja), tradición que poco a poco se va perdiendo, fundamentalmente por el despoblamiento rural y por el desarraigo al nucleo familiar en el pueblo natal. Además de folklorista fue músico, destacado sobre todo como dulzainero aunque también tocaba la guitarra. Agapito adquiere su pasión por el folklore gracias a las canciones que cantaba su madre y a las elementales clases de guitarra del padre. Siendo muy pequeño es operado de cataratas y pierde un ojo y gran parte de la vista del otro, hecho que marcará toda su vida.

Powered By EmbedPress

Terminada la guerra, en 1939, Agapito Marazuela fue encarcelado por sus ideas políticas, pasando por las cárceles de Madrid, Burgos, Ocaña y Vitoria hasta su excarcelación en 1945. Pero el franquismo truncó su carrera debido a su pasado político, igual que lo hizo con cualquiera que tuviera un pasado de izquierdas, alguien tachado de rojo sólo podía aspirar a subsistir en la españa franquista. Pese a ello logró cierto reconocimiento y gracias al apoyo de admiradores y amigos, se consiguió que fuera nombrado catedrático de folclore en Segovia. En 1964 consiguió publicar su Cancionero de Castilla la Vieja de 1932 con el título de Cancionero Segoviano, irónicamente, patrocinado por la jefatura provincial del movimiento de Segovia, lo que, a fin de cuentas, parecía consagrarle como folklorista emérito hasta por el régimen.

En 1969 publica sus propias grabaciones de su cancionero en el disco Folklore Castellano. Segovia – Ávila – Valladolid. En 1975 La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia le concede la utilización de un modesto local donde instala su Cátedra de Folklore y su Escuela de Dulzaina, para impartir sus enseñanzas a un amplio grupo de jóvenes a los que inculca su pasión por la guitarra, la dulzaina y la música tradicional, entre los que destacan Lorenzo Sancho y Joaquín González, el cual acompañaría al propio Agapito en el disco Segovia Viva, publicado en 1976 bajo la iniciativa de Ismael Peña y dedicado a Agapito.

Mas info en LaPalabraNuestra

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *